No importa nada de esto, mientras niños sigan en parques, jugando a que un día sean adultos con miles de problemas, como los tuyos y los míos; con tu forma de pensar de la vida o de la mía. Te puedes parar en el banco de un parque a mirarlos como corren, como hacías tu aún hasta hace poco.
Miras a la izquierda a aquel grupo de pequeños, y enfrente, un grupo de ellos con un par de años mas; aunque eso no impide a los pequeños levantar la mano y defender al mas pequeño de su grupo. Mírate reflejado en cada uno de ellos, no olvides que llevas dentro una parte de niño todavía en ti.
Es extraño ver el mundo extraño, pero a veces pasa.