lunes, 17 de septiembre de 2012

"Príncipes y princesas"

..Cabalgando durante catorce días, el príncipe, desesperado por encontrarla, durmió lo justo para apurar los días y cogerla lo mas pronto posible, pues el estaba realmente enamorado y decidió que no querría perderla nunca mas. Y así fue, cuando al día siguiente a aquel la encontró caminando por aquel desconocido paraje.
Reconocía aquella capucha, así pues, se apresuró y como si la secuestrara, sin bajar del caballo la cogió y la montó entre sus brazos mientras seguía guiando al caballo por el camino sin parar aquel ritmo de carrera.

Ella, que no lo había reconocido, lo golpeaba y se movía con toda la fuerza que podía para intentar soltarse de aquel desconocido. El se reía, y cuando parecía que se le escapaba de entre los brazos aquella chica, la apretó contra su pecho y le susurró:

"Te dije que siempre te encontraría mientras aún me necesitaras"

Notó un puño golpeándolo varías veces, una tras otra. La separó, quería ver la cara de la mujer que amaba, y la vio, lloraba. Así que con los dedos le secó las lagrimas mientras le pedía perdón por haber sido tan estúpido tanto de dejarla escapar como de tardar tanto en salir a buscarla.

"No lo sabía, me vino a la cabeza, por fin comprendí, que si una vez te enamoras de una persona, no puedes perderla, es irremplazable, así que tenía que salir a  buscarte, te necesito "



- Fue entonces cuando el príncipe y la princesa vivieron felices el resto de sus vidas... fin.

+ Abuelo, ¿tu crees que algún día si yo decido escaparme, un príncipe vendrá a buscarme y me rescatará de tristeza?

- Quien sabe pequeña, pero tu siempre serás una princesa, y como buena princesa ahora te acostarás a dormir..

Y así el abuelo, le daba un beso en la frente a su nieta mientras la tapaba y le daba las buenas noches, ignorando que la pequeña aquella noche empezaría a soñar con príncipes y cuentos de hadas. Aquello fue el principio del fracaso de la chica que hoy tienes enfrente. La cual comprendió que los cuentos, no se hacen realidad, que nosotros no somos príncipes, tuvo mala suerte y se encontró con los mas capullos por buscar príncipes apuestos como en las fotos de los libros que su abuelo le leía cada noche antes de dormir. Ahora es una princesa de medias rotas, que cae de brazos en brazos, con algo mas roto que las medias, y con problemas para dormir cada noche..

Buenas noches a mi abuelo, que descanse ahí arriba donde quiera que esté
y a ti, princesa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario