domingo, 19 de agosto de 2012

" Desaparecer "



Cuando volvía para casa, sin saber por qué, sentí ansias de ponerme a correr, y así lo hice. Como si quisiera poner la mayor distancia entre el mundo y yo, corrí y corrí alejándome de todo, alejándome de sus gritos, de sus risotadas, de su presencia molesta y dañina.

Rehuyendo el ruído de los coches y la luz de los semáforos, tratando de ser engullida por la misma oscuridad que me rodeaba.

No pasó mucho tiempo hasta que me di cuenta de que los sonídos núnca se apagaban, y de que a cada manzana que terminaba, otra se cernía ante mí, prácticamente idéntica a la anterior, con los mismos semáforos, las mismas voces estridentes, la misma sucia y polvorienta realidad. 

Podría haber corrido toda la noche y no hubiera habido diferencia. 
No hay escapatoria posible.

Y sin embargo, seguí corriendo.

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